miércoles, 14 de mayo de 2008

METAFÍSICA

La preocupación metafísica de Aristóteles es a la vez crítica, con respecto a la de su maestro Platón, y constructiva, puesto que se propone una nueva sistematización. Lo que pretende con la metafísica es llegar a saber "de los principios y de las causas primeras". Aborda los temas de la metafísica en lo que él llama "filosofía primera" (prote philosophia), ciencia que considera el ser en cuanto ser (tò on e on). Por ocuparse de las primeras y verdaderas causas, puede ser considerada igualmente ciencia de lo divino, ciencia teológica (hteologiké épisthéme).

Aristóteles rechaza la teoría platónica de las Ideas separadas de los entes de este mundo. Lo verdaderamente existente no son los "reflejos" de las Ideas, sino los entes individuales, captados por la inteligencia y en los que reside el aspecto universal. El ser es lo opuesto a la nada, uno y múltiple al mismo tiempo.

Pero cuando hablamos de ser en general lo hacemos de forma unívoca. En efecto, Aristóteles distingue tres maneras de expresar el ser: de forma unívoca (cuando nos referimos a una sola significación: "hombre", "marrón", "cinco"), en forma equívoca (cuando con un único término expresamos conceptos distintos: "judía", una planta leguminosa; "judía", una mujer de esa étnia). Pero cuando decimos, por ejemplo, "sano", podemos referirnos a un hombre, a un clima, a un alimento. El concepto "sano" lo estamos aplicando análogamente.

En todo ser se da la substancia (ousìa, esencia de cada ente individual subsistente en sí mismo) y accidente (cualidad que no existe en sí misma sino en la sustancia). La sustancia puede ser sustancia primera, fundamento de los accidentes, y principio de individuación, y sustancia segunda, que designa la especie, y gracias a ella puede darse el saber científico. La sustancia primera puede a su vez ser corruptible (mundo de los entes), eterna (el mundo celeste) y eterna e inmóvil (Dios).

Las sustancias sensibles se hallan constituidas por dos principios: materia (üle), nos dice de qué está hecha una cosa, y forma (morphé), disposición o estructura de la misma.

Para explicar el cambio, -porque, en contra de Parménides, resulta evidente que el cambio y el movimiento se dan en el mundo-, se vale de las nociones de acto y potencia, determinaciones primeras del ser. Ahora bien, con estas dos nociones sabemos cómo suceden los cambios o movimientos, pero no sabemos por qué.

Esto la conocemos mediante las razones o causas del cambio, que Aristóteles concretiza en cuatro: causa material, causa formal, causa eficiente y causa final (o teleológica). Esta última es de gran importancia para el Estagirita, porque está convencido de que todo existe para cumplir un fin, pues todo, por su propia inmanencia, busca su intrínseca perfección.

La ciencia metafísica de Aristóteles culmina en la teología, la cual se ocupa del ser que existe per se, o sea, el ente en su sentido más pleno, la forma pura sin materia. Para probar la existencia de ese ser, apela a varios argumentos: "entre las cosas que existen una es mejor que la otra; de allí que exista una cosa óptima, que debe ser la divina". Su argumento más conocido es el denominado de predicamento cosmológico: las cosas de este mundo son perecederas, y por lo tanto sufren cambio y este cambio acaece en el tiempo. Cambio y tiempo son, pues, imperecederos; mas para que se produzca el cambio o movimiento eterno ha de existir una sustancia eterna capaz de producir ese movimiento.

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